Mejor Película Competencia Latinoamericana
Dice en una entrevista el director Miguel Hilari que él hace suya la cita de la cineasta Claire Denis: “filmar a gente famosa con cámaras chiquitas, y a desconocidos con cámaras grandes”. Es indudable que los “desconocidos” de esta película –aymaras pobres del Altiplano boliviano (varios de ellos parientes de Hilari)– tienen completa noción de estar siendo grabados y más o menos asimilado cierto sentido del espectáculo. Lo políticamente incorrecto de El corral y el viento es que, bajo este dispositivo, muestra desde el maltrato de un gato a manos de un niñoo hasta las declamaciones sobreideologizadas de la izquierda indigenista en voz de una pequeña estudiante frente a su escuela rural. Un retrato nada angelical del otrora “buen salvaje” y su sabiduría milenaria, y más bien el bosquejo de un grupo humano en plena crisis de identidad, contradicción y decadencia frente a una modernidad que los repele y atrae. Un documental inquietante que juega tanto con la representación que hace ese pueblo de sí mismo como de las visiones paternalistas que hemos internalizado sobre esa cultura y que, pese a los intentos de los más ancianos por mantenerla viva, parece condenada a desaparecer. J.M.
▶ Miguel Hilari (Alemania, 1985) estudió cine en La Paz, Santiago de Chile y Barcelona. Trabajó como asistente en varios rodajes de ficción y colaboró como productor y fotógrafo en las películas de sus amigos. Cree en un cine hecho con poco dinero y gran libertad.